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Journalism N' @vant-garde mOvement ™
Reglas de oro para una comunicación
efectiva. Mecanismos de influencia para obtener resultados
¿Cuántas veces ha
sentido que nadie comprende lo que expresa? ¿Ha escuchado alguna vez
discusiones inútiles entre dos personas que, desde el punto de vista suyo,
defienden lo mismo sólo que usando diferentes palabras? ¿Cuántas veces le ha
dicho a sus subalternos qué es lo que espera de ellos, sin conseguir
resultados?
Los seres
humanos nos diferenciamos del resto de los seres por nuestra gran capacidad de
comunicación, y por los resultados a los que esta comunicación nos ha llevado.
Sin embargo, la mayor parte de las veces la comunicación se ve disminuida por
comportamientos negativos aprendidos durante la vida, porque nos dejamos llevar
por una falsa lógica, o porque fácilmente cedemos ante nuestros impulsos
primitivos.
Los principios que más adelante se describen les dirán cómo tratar con las
personas sin importar con quién, el qué, el dónde ni el cuándo.
1. Espere sólo lo mejor.
La excelencia no es un bien negociable. Si otra persona trata de convencerlo de
que se conforme con el estado actual de las cosas, usted en cambio, debe
procurar persuadirla y explicarle que, al acceder a esas demandas, ambos
perderían porque estarían estableciendo la mediocridad como parámetro de
medida.
Existen una serie de expresiones que, de entrada, le impedirán la búsqueda de
la excelencia, y debe mantenerse alejado de la tentación de utilizarlas. Estas
expresiones son:
· Así está bien; aunque no es lo mejor, es lo más que podemos lograr.
· ¿Para qué tratar si no habrá diferencia alguna?.
· ¿Que más puede esperarse de este tipo de gente?
Las conclusiones anteriores parecerían dictadas
por el sentido común, pero una cosa es saber que algo es de cierta manera, y
otra cosa es actuar de acuerdo con esa creencia, sin influir en nada para
cambiarla.
Algunos no esperan la excelencia, porque creen
que no se la merecen, o simplemente porque no pueden obtenerla. Como no la
esperan, no prueban a conseguirla, por lo tanto lo que logran es inferior a la
excelencia. No es cuestión de mala suerte. Simplemente, este tipo de personas
se han negado a sí mismas la oportunidad de generar la excelencia.
Por mala suerte, hemos experimentado relaciones
de trabajo con personas deshonestas, mentirosas, aprovechadas, sin empuje o
conformistas. Pero el que hayamos trabajado con este tipo de gente no
necesariamente significa que TODA la gente sea así. Si usted cree que la gente
que busca la calidad y que se auto impone estándares altos son la excepción en
lugar de la regla, está predestinado a perpetuar sus frustraciones
Cuando establecemos barreras previas sobre lo
que esperamos de los demás, actuamos de acuerdo con lo que pensamos, aun cuando
nuestro discurso sea diferente. Nuestros prejuicios son lo que nos impide
esperar lo mejor de otros. Si esperamos mediocridad de las personas, justamente
eso vamos a conseguir; pero si esperamos genuinamente lo mejor de cada uno, nos
sorprenderá ver cuan a menudo la gente se esfuerza para alcanzar nuestros
estándares. Goethe, el filósofo alemán, decía: “trata a la gente como si fueran
lo que deberían ser y estarás ayudándolos a convertirse en aquello que son
capaces de ser”.
Veamos el caso hipotético de un trabajador que,
con mucho esfuerzo, ha terminado la secundaria. Es el primero de la familia que
termina el bachillerato y que trabaja en una oficina. El resto de su familia
trabaja en el campo o en el hogar. Cuando este hombre llega ante su supervisor
con un problema, en lugar de animarlo a que proponga una solución, su jefe se
la da. El jefe sabe que el hombre se está esforzando en obtener lo mejor; así,
no lo critica. Pero en lugar de guiarlo para que reconozca lo que está haciendo
mal, termina por hacerle el trabajo. Este prejuicio es el peor, porque lleva un
mensaje oculto que dice: “no espero que cambies ni que mejores la calidad de tu
labor.”
Cuando tenemos prejuicios ocultos, establecemos
previamente muy bajas expectativas en los demás.
En realidad, no es mucho lo que hay que hacer
para cambiar nuestra actitud. Sólo hay que seguir estas reglas simples:
1. DEJE DE VIVIR EN EL PASADO. La única cosa
para la que le sirve el pasado es para aprender de él. El pasado, bueno o malo,
es HISTORIA
2. COMPROMÉTASE CON SUS METAS PERSONALES DE
DESARROLLO. Establezca unas metas de desarrollo personal que lo lleven a ser lo
mejor que puede ser. Sin metas personales se estancará o se desarrollará como
simple respuesta a su entorno. Para que sus metas personales se conviertan en
realidad haga que sean específicas, visualícelas, dígaselas a otros y
escríbalas. No se valen generalidades como “voy a vivir en una mejor casa”.
Especifique ¿para qué? ¿qué quiero alcanzar? Una vez que haya logrado
determinar lo que realmente busca, estará listo para establecer las metas. “Voy
a comprar una casa en tal barrio residencial, que tenga tantas habitaciones,
jardín, áreas sociales y áreas de servicio, a más tardar en tantos años”. Ahora
visualícelo. Cierre los ojos y véase usted viviendo en esa casa, ¿Cómo se ve?
¿Qué sonidos hay? ¿Cómo se siente? ¡Ya visualizó su meta! Ahora repítaselo.
Compártalo con otros. El compartir ayuda a cimentar sus metas y a ganar empuje
por el soporte que otros le dan para alcanzarlas. (Puede ser que al compartirlo
con alguien, le cuenten que hay un proyecto nuevo en ese lugar, con excelentes
planes de crédito) Pero ojo... su meta no es nada más que un deseo hasta que no
lo escriba y haga un “mapa” de su plan para conseguirlo. META: Comprar casa...
MAPA: 1. Visitar el desarrollo tal mañana a las 3:30 p.m. 2. Llamar al banco
para averiguar sobre los planes de crédito pasado mañana a las 9:00 a.m.
3. NO ACEPTE EXCUSAS SIN SOLUCIONES. Cuando un
subordinado llegue ante usted con una excusa porque no ha alcanzado los
objetivos establecidos, NO LO ESCUCHE a menos que vaya seguida por una
propuesta o un plan correctivo. A las personas se les contrata para conseguir
resultados, no para dar razones de fallos o excusas. Cuando sus subordinados
vengan ante usted buscando soluciones, no se las dé tan fácilmente; conténgase
hasta no haber escuchado las soluciones que le proponen. NO LOS HAGA CREER QUE
LOS CONTRATAN PARA ESCUCHAR MIENTRAS USTED HABLA Y PIENSA.
4. ESTABLEZCA METAS QUE EMPUJEN A LA GENTE A
CRECER. Las metas deben motivar, no desmoralizar. La cultura de trabajo
japonesa se basa en la premisa de que los procesos pueden mejorarse
constantemente. Sin importar cuan productivo se es ahora, se puede ser aún más
productivo mañana. Enfatice la idea de que los procesos siempre están sujetos a
mejoras. Premie las ideas de sus subalternos sobre cómo hacer mejor las cosas.
5. CREE EL HÁBITO DEL COACHING. No es suficiente
establecer metas y decirle a la gente que haga lo mejor. Ayude a que esto
suceda. Esté disponible, déles tiempo, consejos y apoyo a sus subordinados.
Consígales el mejor entrenamiento posible. Déles las herramientas para que
alcancen las metas.
6. ADMITA QUE SU PREJUICIOS SON
AUTODESTRUCTIVOS. Si usted acepta que trabajen con resultados por debajo del
estándar porque está convencido de las “limitaciones culturales” terminará
haciéndose daño a sí mismo.
2. Escuche antes de hablar, piense antes de
actuar.
Entérese de lo que la gente quiere y por qué
quiere lo que quiere. Piense en las consecuencias de sus acciones antes de
hablar y antes de actuar. Póngase en los zapatos de su interlocutor para anticipar
sus reacciones. Hallará que puede hacer que la gente reaccione y haga lo que se
espera de ella si primero entiende por qué cree en lo que cree y adapta luego
su mensaje para acomodarlo a estas creencias. Si no escucha lo que le dicen, o
actúa irracionalmente, no espere comunicar sus ideas.
Es típico encontrarse con personas que creen ser
buenos comunicadores porque hablan bien. La mayoría creemos que lo que tenemos
que decir es más importante que lo que tenemos que escuchar. Creemos que al
decir las cosas claras y concisas nos comunicamos perfectamente. Pero entonces,
¿por qué escuchamos la frase “no me entienden” con tanta frecuencia? Es muy
simple: un buen comunicador sabe escuchar. Usted será capaz de trasladar su
mensaje porque primero dejará que el mensaje de la otra persona le llegue.
Usted sabrá qué decir porque ha escuchado lo suficiente para saber cómo influir
sobre la otra persona. Pero también porque cuando usted escucha hace que la
otra persona se sienta mejor acerca de sí misma, acerca de usted y acerca de
los mensajes que reciba después.
Aun cuando pretendemos escuchar correctamente,
es común que, si queremos influir, caigamos en patrones de pensamiento que
conducen a comportamientos erróneos. Esos patrones nos llevan a preguntarnos
· ¿Qué puedo hacer para que esta persona haga
esto?
· ¿Cuál es el argumento más persuasivo que puedo
darle?
· ¿Cuál es la mejor forma de expresar
verbalmente mi requerimiento?
· ¿Debería probar mi discurso con alguien más?
· ¿Ayudarán las amenazas?
El problema con estas preguntas es que van
enfocadas hacia lo que queremos decir y, por lo tanto, nos llevarán al fracaso.
¿Qué tal si la próxima vez probamos las siguientes preguntas?
· ¿Por qué está la persona resistiéndose a hacer
lo que le pido?
· ¿Qué está pasando en la vida de la persona en
este momento y qué causa su resistencia?
· ¿Cuáles son las ambiciones, metas, pasiones y
miedos de la persona?
· ¿Qué argumentos está utilizando la persona en
contra de mi requerimiento?
Este conjunto de preguntas están basadas en lo
que la persona debe escuchar para convencerse. Usted empieza a cambiar a los
demás en el momento que ve el problema a través de sus ojos y los escucha por
medio de sus oídos.
Escuchar no es tanto una habilidad como una
actitud; el verdadero truco para convertirse en un mejor escucha, es quererlo
ser, y luego practicar. Siga los siguientes pasos para incrementar su habilidad
de escuchar.
· Enfóquese en la otra persona. Mírele
directamente a los ojos. Observe sus expresiones faciales, su lenguaje
corporal. Siéntese en actitud de escuchar.
· Bloquee los pensamientos de contradicción.
Resista la tentación de contestar mentalmente a lo que le están diciendo. La
mente trabaja cuatro veces más rápido que la velocidad a la que se habla, así
que es muy fácil divagar.
· Haga preguntas, trate de asegurarse de que
entiende lo que le dicen. Vea si hay algún mensaje escondido, si lo que le
dicen es lo expresado, o si el mensaje va más allá de lo explicito.
· Repítale a la persona lo que usted cree haber
entendido y negocie cualquier malentendido o mala interpretación. (¿Usted dice
que...? Le he entendido que… ¿es esto correcto?)
· Finalmente responda a lo que escuchó. Describa
los acuerdos a los que se llegó y cualquier otra reacción a lo dicho.
Controle su enojo y frustración. Es seguro que
no puede controlar lo que las demás dicen o hacen, pero usted sí puede
controlar su forma de responder. Cuando sienta que está a punto de perder el
control respire profundamente, y recuerde esto:
· Una respuesta violenta no sólo no persuade a
quien que lo escucha sino que, además, lo predispone.
· Si la persona se mantiene calmada mientras
usted se enoja, lo más probable es que la actitud mental del otro lo derrote a
usted.
· Trate de entender la razón por la cual la otra
persona se comporta de la manera que le disgusta. Si usted es analítico, lo más
probable es que no se disguste.
· Hable acerca de su enojo. Ponerse en contacto
con sus sentimientos le permitirá calmarse, y dejará que la conversación
prospere y se dirija hacia un tono más racional.
· Si sabe que no puede controlarse del todo,
retírese para calmarse un poco. Cuando sabe que va a perder el control, la
parte racional de su cerebro le advierte; póngale atención.
· Finalmente, si hay alguien que lo saca de sus
casillas sin remedio, y que se deleita en enojarlo a usted, comuníquese con
esta persona por medio de terceros.
Anticipe las consecuencias de sus actos.
Recuerde que cada acción que tome el día de hoy tendrá un efecto el día de
mañana.
Cuando busque acuerdos con otros para
construcción del futuro, tenga presente que ese futuro es la razón de su
esfuerzo de hoy. Proyéctese hacia ese futuro, piense en todas las respuestas
posibles a los requerimientos que haga, y finalmente, anticipe si puede
responder a las demandas que ese futuro le ofrezca.
9:09 | | 0 Comments
10 cualidades del buen profesional
EN UN MUNDO EN MOVIMIENTO EL QUE SE
QUEDA EN EL MISMO LUGAR RETROCEDE
La profesión es uno de las más caros anhelos a los que aspira casi todo ser humano según la cultura social impuesta, con el objetivo de satisfacer su necesidad de superación; asegurando una manera de sobrevivir, integrándose a la sociedad, y de este modo asegurar el sustento propio y el de su familia, y si le es posible, hasta poder ayudar a los demás.
El desempeñar una profesión representa una exigencia psicológica para quien la obtiene, pues ésta lo compromete a permanecer en constante superación a lo largo de su trayectoria; asimismo le demanda un comportamiento ético que debe poner en práctica, durante su vida laboral. Su obligación no sólo es ser un buen profesional, sino que, además, debe guardar altas consideraciones y estimas para todos los demás, primero, los colegas de su profesión, su clientela, sus profesores, las autoridades y en general con la sociedad y el Estado.
Sin duda la profesión nos reclama otros esfuerzos, como procurar la actualización de los conocimientos científicos o académicos, mediante la adquisición de nuevos libros, técnicas, máquinas, y demás herramientas que nos permitan la innovación y evolución en nuestra ejecución.
A continuación se exponen 10 características de exigencia actual para ser un buen profesional
1. Formación técnica específica
Esta continúa siendo la principal y fundamental exigencia. Si el profesional no se siente capaz de ejercer bien su función, difícilmente podrá conseguir un puesto. Una buena formación, cursos adicionales y experiencia en la función son importantes a la hora de competir por una vacante de trabajo
2. Visión global
Además de ser bueno en lo que hace, es importante que entienda cuales son los impactos de su labor. Tener una visión global ayuda en la comunicación en general, tanto con los pares como con los superiores y subordinados.
3. Estar bien informado
Ahora vivimos en la sociedad de la información. Quien está informado siempre saldrá al frente. Nada mejor que hablar con alguien que domina y saber sobre la labor que ejerce. Debe ser el punto de referencia en la empresa cuando el asunto está relacionado con su campo. Ahora, también se puede informar sobre actualidad, economía, ocio, artes, deportes, internet, negocios, entre otros asuntos, mejor todavía. Te conviertes entonces en alguien mucho más abierto y con mucha más posibilidades de interactuar con otros en la compañía. Pero no hay que olvidar: el principal conocimientos que debe tener está relacionado con su campo de experiencia.
4. Facilidad con la tecnología
El computador y la internet son ahora herramientas fundamentales del trabajo y comunicación. Que se relaciona bien con estas tecnologías y tienen familiaridad con ellas, siendo una gran ventaja competitiva.
5. Internet y redes sociales
Quien navega bien en internet y utiliza las redes sociales de manera correcta sabe como todo esto puede ayudar para informarse, encontrar respuestas y resolver problemas, y de esta misma forma obtiene puntos frente a los demás competidores.
6. Idiomas
En un mundo cada vez más globalizado, tener conocimiento de otro idioma y muy importante, principalmente el inglés. Quien tiene conocimientos en inglés y español tiene todavía más ventajas.
7. Educación continua
Talleres, cursos cortos, conferencias y postgrado, entre otros. Siempre habrá algo valorado por las empresas. Pero no actuar con el fin de coleccionar sólo los títulos. El conocimiento es muy valioso, por lo que hay que comprometerse y aprovechar las oportunidades de aprender y crecer personal y profesionalmente.
8. Trabajo voluntario
Tener experiencias como voluntario muestra que es un profesional preocupado, con valores importantes. Acciones como ésta no sólo son bien vistas en el ámbito profesional, sino que reflejan a un ser humano maduro.
9. Elegancia y cordialidad
Estas cualidades pueden ser mostradas de diferentes maneras- la forma de vestir, su forma de hablar, las actitudes-. Ser elegante y cordial siempre atrae. Estas características ayudan a conquistar y demostrar madurez y simpatía. Todo el mundo quiere estar al lado de gente agradable.
10. Buenos valores
El carácter y los valores son las más valoradas por los reclutadores. A veces se nace con estos, otras veces se aprenden en casa, pero también pueden ser cultivadas a través de la percepción y la valoración de estas cualidades. Cualquiera que sea la forma de absorberlos, es importante tener buenos valores. Con ellos se convierte en no sólo un buen profesional, sino que en un gran ser humano.
16:46 | Etiquetas: Análisis | 0 Comments
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"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona". Aristóteles